Día de cabalgata!

No podía faltar.  Darwin viajaba a caballo, de posta en posta, con lo que llevaba puesto, solo esa ropa, ninguna comodidad.  Por eso, cuando una vez cayó en el barro tuvo que quedarse con la ropa toda embarrada!  Nosotros en cambio, aquí en esta Estancia Isabela, somos mimados.  Hay con nosotros dos gauchos dispuestos, cavallos tranquilos y un carro en el que podemos andar todos, por turnos.
La más diestra es Monse.  “Este caballo está muerto! Denme uno vivo!” protesta después de la primera vuelta.  Entonces la señora Diana, que reconoce el talento natural de Monse, le concede otra vuelta, esta vez en un caballo más vigoroso, “mas bravo”, como dicen por aca.  Diana cabalga desde que tenía trece años y percibe cuando alguien tiene fibra de jinete.  Monse, con su físico liviano y ágil es perfecta para esto!

Diana invita a ella, a Carmela y a Agostina, que no viven tan lejos de aca, a pasar tres días en la estancia, porque son diestras y con ganas de aprender.  A Monse también le entrega una carta para los padres, en la que les sugiere vivamente que la dejen continuar cabalgando para no desperdiciar sus ganas y su talento.
Aquí también hay Ñandúes: pájaros similares al Avestruz, y que de hecho Darwin confundió con avestruces.  El ñandú es descendiente directo de la rama de los dinosaurios a la que pertenece el Patagonikus.  Prácticamente, el esqueleto es casi igual y lo vemos comparándolo con el que vimos en el Museo de Plaza Huincul.

También hemos encontrado un huevo, está fuera del nido y por lo tanto podemos tomarlo porque ya no será empollado.  Los Ñandúes hacen así, dejan algunos huevos desperdigados por ahí: quizá sea una estrategia para distraer a los predadores de los verdaderos huevos y crías, que son protegidos en el nido, escondido en otra parte, por los cuidadosos papás.  Porque son los machos los que empollan los huevos, las hembras, una vez puesto el huevo, se van libremente.  Ya han hecho bastante y, para una equitativa distribución de las tareas entre los géneros, dejan el cuidado de los huevos a su consorte.
Alfred explica todo esto mientras Marco, armado de un palo, trata de acercar a los ñandúes hacia donde estamos nosotros… pero el macho se rebela, lo enfrenta y lo corre tratando de golpearlo.  A duras penas Marco consigue escapar… en todo caso… una bella escena…

Traduccion: Pablo

 

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Últimas noticias: estamos perdidos!

Estamos en medio de la pampa infinita.  La combi se desliza por el camino de tierra, cubierto de arena, y no tenemos la mas mínima idea de donde está esta Estancia Isabela!
Para desdramatizar un poco Radio Darwin entretiene al público con chistes (bilingües, naturalmente) y canciones.  Monse se ríe mientras cuenta sus chistes, y a veces le cuesta terminarlos… Pietro canta el rap del Inter y las chicas lo vitorean… luego es el turno de los himnos nacionales… el italiano (Pietro la sabe todo!!) es verdaderamente feo…
Finalmente encontramos un cartel que indica ir a la derecha.  Pablo quiere ir a la izquierda, pero la mayoría decide seguir diligentemente el cartel… la mayoría se equivoca, Pablo tiene razón.  Llamamos una vez más a la estancia y nos confirman que la dirección  correcta es justamente la opuesta a la que indica la flecha dibujada sobre una goma de auto en desuso, que hace las veces de cartel.  Finalmente vienen a nuestro encuentro con una camioneta y finalmente llegamos a destino. A esta altura… agotados!
La estancia es maravillosa… una vieja casa italiana puesta en medio de un amplio y lindo parque con pileta.  Mañana haremos alguna cabalgata (el que quiera, quien no, podrá ir en el carro). Diana, la patrona, nos recibe muy amable y diligente.  Nos indica las habitaciones, distribuidas en tres casas distintas, y nos ofrece bebidas frescas y una picadita.  Su familia llegó desde Alemania en los años cincuenta.  La casa, nos cuenta, fue inaugurada en 1904 y era propiedad de la familia Bonsi, de Milán.  Se la habían traído desde allá, piedra por piedra, baldosa por baldosa.  La casa así, desarmada, llegó a la Argentina por barco, luego siguió viaje desde Buenos Aires en carros hasta donde está hoy.  Esta es la razón por la que es tan alta respecto de las otras casas del campo: es una casa de ciudad.
Mientras los Mini Darwin se dan un chapuzón en la pileta, a un lado de la casa, hay una parrilla en el suelo, con un gran fuego, donde van preparando el asado.  El cielo sereno surcado de pájaros.  Esta noche veremos las estrellas de la otra mitad del mundo…

Traducción: Pablo

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